The Shooter

The Shooter
2007
Director: Antoine Fuqua.
Escritores: Jonathan Lemkin, Stephen Hunter.
Reparto: Mark Wahlberg, Michael Peña, Danny Glover, Kate Mara

El Patriotismo de Swagger
Swagger es un creyente del sistema al que pertenece, además un defensor, él es ese ser convencido de su nación, de la democracia, y de la libertad, que tanto propagan los Estadounidenses, es más Swagger lucha ciegamente por ella. Esta figura patriótica se cultivó en el estado nación, un estado, de alguna manera, más defensor y protector de su población (porque así le convenía), las instituciones políticas del estado trataban de guardar las leyes. Swagger en su instinto patriótico tiene esta idea de estado, en donde si bien hay injusticias éstas se pueden resolver, pues las instituciones están para guardar a la ley y al pueblo, es el famoso “American way of life” que tanto defienden los Estadounidenses. De lo que Swagger no se había percatado era  de que desde su democracia, semilla de su patriotismo, nunca le perteneció ni a él ni a la gente que decía representar (o sea al pueblo), lo único que le interesaba era mantener una clase trabajadora para que ésta pudiera seguir reproduciéndose y mantener a las clases altas.

Swagger acepta la misión de ayudar a salvar al presidente, aún a pesar de que ya en el pasado sufrió una decepción y perdió a su amigo, pero de eso no se da cuenta sino hasta el final, cuando de verdad ya no cree, cuando ve el mundo en el que se ha convertido su patria. Un mundo dominado por Multinacionales, políticos( empleados de las mismas), y una política que sirve única y exclusivamente para los que tienen el poder del dinero.
Las agencias encargadas de la impartición de justicia son rebasadas, son obsoletas en sus leyes y reglamentos internos de funcionamiento, para lo que sirven es para dar la impresión de que hay instituciones encargadas y preocupadas por la prosecución de la justicia; incluso otras agencias más apegadas a las urgencias mundiales de la extensión de mercados, son las que se encargan de “la seguridad nacional” (si es que existe tal cosa).
Ya el personaje congresista lo menciona en la pelicula que: “la democracia no cuesta tantas vida y tantos y oscuros secretos, trampas, asesinos, para sostenerla, la cuestión es que nunca hubo en el sentido estricto una democracia”
Anna Nichole se casó por amor.
Una hermosa mujer, rubia, joven,exuberante y texana (todo el prototipo americano), casándose con un viejo decrépito de ochenta años que va en silla de ruedas y que no promete hacerse más joven y convertirse en Brad Pitt, por ejemplo; así de bizarra es la imagen o hasta más, pero es la misma imagen que plantean los medios de comunicación al tratar de convencer a su cautiva audiencia de que lo que hacen  “es por amor”. La misma imagen que venden pero con el pobre de la mano obteniendo las dádivas del poderoso, y te dicen “es por amor”, o porque nos interesas, o porque tú no piensas bien y nosotros pensamos por ti, etc. El asunto no radica en que te mientan, pues eso es cosa ya sabida, ellos mienten, el meollo del asunto radica en el cinismo con el que te quieren convencer, no importa que tanto el pobre esté tan pobre y el rico se haga más rico, que ya no alcance para comer  o el desempleo y se den cifras, estadísticas, y hasta crisis, de todos modos el control que el poder tiene de los medios de comunicación es tal que hasta la imagen de Anna Nichole casándose por amor es legítima. Si “ellos” (los medios de comunicación) lo dicen, entonces es verdad.
Swagger vive en carne propia esta madeja de enredos que traman en contra de él para hacerlo pasar como un Harvey Lee Oswald cualquiera, lo bueno es que es Hollywood y éste héroe sale avante, lo malo es que así no pasa en el mundo real.
Y otra vez el congresista lo vuelve a revelar: “The Truth is what I said it is”, en buen castellano: La verdad es lo que yo digo que es.
El congresista
No sé en qué días el sólo nombre de senador influía respeto, admiración, bla, bla, bla, bla pero me da la sensación de que así debiera ser. El senador de Shooter, es la figura típica, representativa de cualquier senador, diputado, gobernador, alcalde y demás cacharros que se encuentren en el mundo. Es la figura símbolo de corrupción, crimen organizado, empleado de trasnacionales, violador y asesino. Lo curioso es que es el político del siglo XX, cínico, indiferente y sin grandes talentos. El mismo personaje de la película (casi filosóficamente) lo expresa: “Un hombre piensa que puede cambiar el mundo, y tienes que matarlo para convencerlo de que no puede. Ese es el problema de la democracia” .

El nuevo político del mundo globalizado es el empleado de los Capitalistas, de los del dinero, para que mejor se entienda. Este político es el que da la cara por ellos en cuanto a las múltiples estrategias, artimañas que se tengan que realizar no importa que. Cómo es el caso del pueblo masacrado en Etiopía todo para poder poner un oleoducto que beneficia a un Capitalista y si todo un pueblo, toda una cultura se opone, pues no importa, se puede llegar a las últimas consecuencias, como su exterminio, de ser necesario.

Si el senador tiene que bajar en medio de las montañas nevadas, en el último rincón de la tierra para arreglar los trapos sucios de sus jefes (o los propios) lo va a hacer, pues esa es su chamba: sostener un sistema económico que favorece a unos pocos, y mantener la idea en el pueblo, de que siempre hay algo que se puede hacer desde arriba y que ahí mismo hay a quien le importa.
No hay lados, sólo hay ricos y pobres.
La claridad del personaje del senador es inapelable, efectivamente más claro ni el agua, no hay Demócratas y Repúblicanos, PRD, PRI o PAN, Ultras o moderados, Americanos, Rusos o Chinos, sólo ricos y pobres. Y lo más, son los pobres. Ese es el mundo capitalista y ese es nuestro escenario develado en una simple frase.
Del pobre y de su condición es de la cual el rico se puede alimentar, sin esta dicotomía el rico no puede existir, es por ello que no importa cuántas reformas se hagan cuantos aumentos salariales se den, mientras no se modifique esta dicotomía no hay nada justo. Es por ello que también no importa cuántas culturas, pueblos, gente, sueños y esperanzas se tengan que destruir, como en la película cualquier medida será tomada con tal de seguir en el poder.
La camiseta del Che
La imagen del Che en la camiseta del agente del FBI, es metáfora de la de la falta de ideología que se vive en el mundo. Esta fragmentación de todo, la falta de identidad, las culturas amenazadas o extintas, son algunos de los regalos que nos ha ido dejando el neoliberalismo. En Shooter se pueden contemplar a dos símbolos de la cultura imperial americana, como lo son un agente  del FBI, y un militar (marine, Shooter o lo que sea), cuestionando la impartición de justicia, el asesinato, la falta de veracidad en medios.
Para donde se hacen estos dos defensores del American Dream, no digo que ya por eso se van a hacer para el lado del che, no, eso es sólo un ejemplo. El problema de estos dos protagonistas es que no tienen para dónde hacerse, esa es la ideología que nos han dejado para el nuevo milenio, la gente no ve opciones, el muro de Berlín ya se cayó, ya ni quien se acuerde, ¿Y ahora, qué hacemos?, quienes son los malos, y quienes los buenos. La herencia que convenientemente ha dejado el capitalismo es ese aparente vacío ideológico, y desesperanzador de que estamos solos, y ni modo hay que aguantarse.
“The land of the free and the home of the brave”
Los rebeldes de la historia le llaman en el parte del destino de Polifemo. Esto rebeldes representados por Swagger, El agente Memphis del FBI, la maestra Sarah, la amiga del agente, son los que decidieron no creer,  hacer algo por lo que son como individuos, cultura. Es decir ellos creyeron en el otro que es su igual. La maestra creyó en mejor amigo de su fallecido amor, la agente del FBI creyó en su compañero de trabajo, el agente del FBI creyó en el desconocido y heroico marine, y el marine creyó en sus creencias, en su cultura y en los valores por los que fue marine.
Epílogo Fílmico
En Hollywood al final siempre gana la policía, cosa que no sucede en esta película. Al final no se hace justicia, ni el malo cae desde un edificio de 40 pisos, ni se le encarcela por miles de años. Tampoco se queda sin pagar (pues dejaría de ser Hollywood), sólo que las cuentas se las cobra Swagger, como una paradoja del destino es el mismo asesino que ellos entrenaron, usaron, alimentaron y desecharon, él que se les viene encima

Panambí Morales.



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